
Tener un vehículo en la Argentina resulta cada vez más caro, sobre todo si se lo compara con otros países del mundo. El creciente y alto costo de las unidades, los seguros, gastos de mantenimiento y el valor de las escasas cocheras de Buenos Aires han logrado lo impensable: que alquilar un vehículo sea más barato que conducir el propio. Más aún si se tiene en cuenta la oportunidad de inversión que se pierde y el capital que se inmoviliza. La ecuación cierra entonces en favor del alquiler o el renting por sobre la compra de automóviles.
“Sumando costos directos e indirectos a valores de mercado, adquirir y mantener un vehículo cero kilómetro de gama baja -los más vendidos-, ronda los 15 mil pesos. En cambio, el alquiler de un modelo idéntico, con un uso estimado en 12 días mensuales, está por debajo de los 8 mil pesos. Y además, en el caso de las empresas, pueden descontar el IVA y llevar este valor por debajo de los 7 mil pesos al mes, ahorro que también impacta en los vehículos de media y alta gama”
El renting suma cada vez más adeptos
La mecánica del renting o el alquiler de las unidades, se vuelve una alternativa más seductora para las empresas y también cada vez más para los particulares.
“Esto es similar a lo que sucede en Europa o en Estados Unidos, dónde las empresas optan más por el renting que por la compra. Esto les permite terciarizar y simplificar cada vez más la gestión de sus vehículos. Pero además, permite contar con mayor capital disponible para alimentar el crecimiento de su negocio.
Asimismo, y lo que resulta más llamativo de esta tendencia, es que los clientes locales comenzaron también a pensar en el alquiler por sobre la compra. “Hace algunos años era impensado que una persona local se decidiera por alquilar un vehículo para moverse en su propia ciudad de residencia. Pero hoy, cada vez son más los argentinos que alquilan un auto sin estar propiamente en una situación de viaje”.
Esto se da sobre todo en aquellos conductores que no hacen un uso intensivo de su auto, pero también entre quiénes cuentan con un vehículo propio y precisan una segunda unidad para usos eventuales como una salida al campo, una reunión de negocios, ir de compras o para trasladarse en un evento social.
“Nuestros estudios indican que si usuario precisa el vehículo por menos de 15 días, con las variables actuales de nuestra economía, definitivamente resulta antieconómica la compra”
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